jueves, 29 de octubre de 2015

Historia perfecta

“…pues no ha sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de caballerías, que por las de mi verdadero don Quijote van ya tropezando, y han de caer del todo, sin duda alguna. – Vale.” 

Fin.Percy terminó de leer y se quedó mirando al reducido auditorio.

–¡Qué gran historia! –dijo Claire con los ojos acuosos, inclinada hacia delante abrazada a sí misma.

–¿De verdad te lo parece?  –dijo George levantando una fina ceja, recostado en el sofá.

–Yo creo que Claire tiene razón, es una historia perfecta –dijo Polidori.

–¿En qué te basas?  –preguntó Percy levantándose para rellenar su vaso.

–Toda buena historia tiene acción, un poco de amor y algo de moraleja –el tono de Polidori fue agudo al final de la frase, como si la inseguridad le oprimiera la garganta.

George se levantó, acercándose con su excéntrico caminar al gran ventanal que daba al lago Le Man, iluminado en ese momento por los rayos, confundiendo el agua que caía con la que reposaba. Sin girarse dijo:
–Así que, según tu criterio, una historia perfecta es la típica de chico conoce chica y pasa algo de acción.

–No seas injusto, George –Claire miraba ceñuda la espalda de Byron con una mano sobre su gran vientre–.  John no ha simplificado tanto.

–Mary, estás muy callada. ¿Qué te ha parecido la historia, querida? ¿Estás de acuerdo con tu hermana y el buen doctor de que es una historia perfecta? ¿O piensas como nuestro querido Lord que no…

–No te equivoques Percy, yo no he dicho que no sea una historia perfecta. Solo quiero saber la opinión de Poor Polidori y de la hermosa Claire para afirmarlo tan rotundamente –dijo George–. Me resulta muy interesante que esta historia, en la que el héroe muere y a pesar de toda la acción no consigue sus deseos, sea una historia perfecta para los incorregibles románticos de Claire y John.

–Yo creo que… – Polidori carraspeó al estirarse un poco, mientras pasaba la mano arriba y abajo de su muslo, sobre el gastado paño marrón de sus pantalones– Es una gran historia porque el héroe a pesar de todas las dificultades, a pesar de perder a su amor, sigue fiel a sus ideales. La lección sería esa, ser consecuente con la verdad de uno mismo.

–Ensalza valores morales que están en desuso como la nobleza, caballerosidad, honor –dijo Claire.

–No es cierto –la voz de Mary sonó alta en el salón–, al final se arrepiente, el héroe reconoce haber sufrido de locura y condena las historias de caballerías.

Todos se quedaron mirándola con admiración. Un trueno retumbó contra  los cristales. Hacía rato que la hora de acostarse había pasado.

–Mi querida señora Shelley  –Percy le ofreció el brazo caballerosamente a su dama–, ¿Está lista para retirarse?

–Sí señor Shelley –dijo Mary al levantarse graciosamente y sujetar el codo que se le ofrecía–, siempre que me prometa usted que mañana leerá una historia de fantasmas.

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