martes, 20 de enero de 2015

                Acercándose al bosque, el caballo recorría los últimos metros al galope. La mujer guerrera huía del Caballero de Garrote que la perseguía por orden del Hombre de Dios y sus súbditos. De repente, descabalgó y con los brazos en jarras…

-¡Para ya!

                Con una furiosa mirada, se encaró valientemente…

-¡Basta! ¡Te he dicho que pares!
-¿Perdona? ¿Hablas conmigo?
-¿Eres tú el que está escribiendo esta bazofia? Pues sí, hablo contigo.
-¿Cómo te atreves…?
-¿Qué cómo me atrevo? ¿Cuántos cuentos has empezado con una protagonista femenina en un bosque? ¿Es una obsesión o qué? ¡Tío, vives en la playa! Por favor, mira por la ventana y cambia de escenario.

                Por la desierta playa, cruza al galope un bello caballo blanco…

-¡No!
-¿Por qué?
-Déjalo, aunque te lo explique no lo entenderás. Habla de otra cosa que no sean caballos y doncellas con fuerte personalidad.
-¿Cómo por ejemplo?
-No sé, sobre el diablo. “El progenitor hermafrodita y los hijos esclavos”, podría ser el título.
-Prefiero escribir sobre mujeres, caballos y hadas.
-Tú mismo, pero no conseguirás que te lean.
-Quizás tengas razón. Tal vez debería cambiar de género. Por ejemplo podría hablar sobre:

El sol que se oculta entre los árboles, mientras el viajero solitario observa la caída desde la torre de la trenza, sabiendo que se ha ganado una bronca por llegar tarde.

-No has cambiado de género, sigue siendo fantasía y el estilo es horrible.
-No necesariamente…
-Intenta algo diferente para desbloquearte, algo que no tenga que ver con lo que sueles escribir, que te resulte difícil imaginar.
-Lo intentaré, ¿qué te parece esto?

                Desde lo alto de la montaña el mago gritaba sus conjuros al viento, pero el sonido no alcanzaba a las personas del valle.

-¿Sabes? La definición de locura es seguir haciendo las mismas cosas, esperando resultados diferentes. ¿No te das cuenta?
-Creo que estás confundida. A la gente le gustan las historias fantásticas que no ocurren en planos de la realidad que les rodea. Historias que los llevan a sitios salvajes y mágicos donde vivir asombrosas y maravillosas aventuras; y así, evadirse de sus problemas cotidianos que…
-¡Me aburres, me voy! Mira, allí se abre un quiosco; iré a comprarme la revista, El jueves, y a renegar de lo poco que molan, ahora, sus censurados chistes.


Mis cartas y las frases que les acompañan:
Cartas ocultas:
Caballo de oros: El caballo recorría los últimos metros al galope
El diablo: El progenitor hermafrodita y los hijos esclavos.
El carro: Se abre un quiosco.
Caballo de bastos: Caballero de garrote.
Reina de espadas: La mujer guerrera.
El papa: El hombre de dios y sus súbditos.
El juicio: El sonido no alcanza a las personas.
El loco: El viajero solitario.
El sol: Se oculta entre los árboles.
La torre: La caída desde la torre.
La papisa: Bronca por llegar tarde.

1 comentario:

  1. Me parece original la forma en que has desarrollado el ejercicio. Yo me he sentido tan encorsetada con las frases que no he sido capaz de acabarlo (encorsetada y falta de imaginación, tampoco hay que echarle toda la culpa a las frases, jejeje). Pero lo dicho, me ha gustado como lo has planteado.

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