miércoles, 29 de octubre de 2014

Lee, imagina, termina, espera, relee, asómbrate, teje, utiliza, rellena y acumula.

Lee, lee todo lo que puedas. Lee hasta que tus ojos digan basta. Lee porque sí, porque lo necesitas para vivir, porque por mucho que digan leer es vivir, vivir otras vidas. Lee para aprender, para descubrir, para espantar el aburrimiento, para decir adiós a la ignorancia y no dejar que los años que cumples te pasen factura. Lee para volver a ser un niño o para convertirte en alguien mayor. Lee sin temor a la decepción, sin pensar qué quieres que llegue a ocurrir. Lee para disfrutar sin más.

Imagina para que los problemas desaparezcan, para que las aventuras llenen ese vacío que sientes. Imagina que tú eres ese personaje. Imagina que eres el bueno o el malo, imagina ponerte en su piel. Imagina lo que prefieras. Imagina el final aunque sepas que no va a pasar. Imagina que la historia cambia, que no es así, que al final todos viven o que todos deciden morir. Imagina lo que quieras. Imagina todo lo que no va a ocurrir porque esos pensamientos nadie te los quita.

Termina una historia y empieza otra. Termina un capítulo y descansa. Termina el primer acto y también el segundo. Termina y sigue, termina y para. Termina y vuelve a empezar. Termina y crea tu propio final. Termina y reescribe en tu mente todo lo que no te ha gustado. Termina y ya o termina y sigue sintiendo. Termina y regodéate en la tristeza de no tener más. Termina una historia pero crea otra. Termina para sentirte feliz. Termina para saber que no hay más. Termina pero sigue soñando, no contribuyas a destruir Fantasía.

Espera un final, un bonito final, o uno triste. Espera lo que mejor te parezca. Espera algo o no esperes nada. Espera ese momento preciso para leer o espera cualquier segundo para abrir un libro. Espera a la inspiración o no la esperes. Espera eso que hace que todo sea más bonito. Espera esa palabra que te soluciona el enigma. Espera esa respuesta a la pregunta que tú mismo te haces. Espera a que te cuenten la historia o cuéntala tú.

Relee porque a veces con una lectura no es suficiente, porque a veces son mejor dos. Relee lo que más te guste y lo que no. Relee todo lo que vuelva a tus manos. Relee sin pensar en el tiempo. Relee para volver a descubrir. Relee para encontrar más significados. Relee para ti o para alguien. Relee para volver a vivir, para volver a sentir. Relee aunque haya mucho por leer. Relee partes o relee sólo frases. Relee el final. Relee ese libro infantil y vuelve a ser un pequeño feliz.

Asómbrate porque esa es la mejor parte de leer. Asómbrate por lo que ya esperabas, por haberlo descubierto. Asómbrate por lo que no imaginabas, porque alguien desconocido ha logrado engañarte. Asómbrate por el principio y por el final. Asómbrate cuando encuentras el título entre las páginas del libro. Asómbrate al descubrir el significado de la portada. Asómbrate del poder de las palabras y úsalas para asombrar a los demás.

Teje los hilos de ese libro de misterio, téjelos aunque no te sirva para descubrirlo. Teje palabras, frases, párrafos. Teje letras para formar historias. Teje tus propias escenas. Teje tus pensamientos. Teje un mundo nuevo. Teje personajes con ideas. Teje como si llevaras haciéndolo desde que empezaste a escribir tu primera letra. Teje para que los demás tejan en sus cabezas lo que tú les muestras.

Utiliza esa hoja. Utiliza el margen de la libreta. Utiliza un lápiz, un boli. Utiliza la realidad pero sin dejar que ella te absorba. Utiliza ese recuerdo, ese sentimiento. Utiliza esa inspiración. Utiliza ese detalle. Utiliza esa persona que te has cruzado por la calle. Utiliza la imaginación para crear realidad. Utiliza cualquier cosa que veas. Utilízalo para crear. Utilízalo para sentir lo que quieres escribir. Utilízalo para que otros sientan algo diferente a lo de siempre.

Rellena hojas en blanco. Rellena cualquier superficie que veas. Rellénalo todo con palabras Rellénalo hasta que no quede nada sin letras. Rellena el aire con sonidos. Rellénalo con párrafos llenos de significado. Rellénalo con frases sueltas sin sentido. Rellena el tiempo con historias. Rellénalo con aventuras, con magia, con cosas que no existen en la realidad.

Acumula libros, acumula aunque no los leas. Acumula montañas, hasta que no quepan más. Acumula en estanterías. Acumula en armarios y cajas. Acumula libretas llenas de palabras. Acumula mundos reales o inventados. Acumula finales de los que nadie quiere. Acumula imágenes para convertirlas en historias. Acumula detalles. Acumula recuerdos. Acumula bolis y lápices para que nunca se acaben. Acumula personas. Acumula cualquier cosa que pueda formar la historia que quieres contar.

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