domingo, 4 de mayo de 2014

BLOQUEO.

Nunca pensé que llegaría a esta situación. Para mí la página en blanco era una especie de excusa que ponían los escritores para justificar sus pocas ganas de sentarse a trabajar. En los primeros años me autodenominé Mercenario de la escritura. Cada semana podían ofrecerme un reto temático y resolverlo no brillantemente pero si con resultados más que aceptables. Ahora ese extraño fantasma me está abduciendo. Creo pensar que tiene relación con la caída de mi disciplina de abrir el portátil y garabatear unas hojas. Una vez más hoy domingo me pierdo Pagina2 y seguramente puede que hablasen de esto. Espero, hoy más que nunca, esa clase se decida a impartirse sobre este problema. Como no, nuestra querida internete me deleita con unos buenos consejos cibernéticos que voy a transmitir:

- Insistir. Empeñarse, no levantarse de la silla y evitar cualquier distracción hasta que se plasme algo que no tiremos a la papelera (de reciclaje).
- Buscar sensaciones. Levantase, salir a la calle, encontrar esa chispa concentrándote en percepciones. Abrir los chacras y absorber.
- Leer. Echar gasolina en nuestro intelecto y bañarnos en un nuevo medio. Poner en marcha nuestra cabeza, ya con cierto dolor y aislarla recibiendo lo mejor de Proust o Dickens.
- Pensar a lo grande. Imaginar la mejor de las novelas. La que escribirás y marcará la literatura mundial para siempre. Con esto puede que obtengas un relato apañado o algo decente. Como mi querida filosofía futbolística siempre dice. “Este año lo ganamos todo”
- Esto es solo el final del proceso. El ingeniero. Concepto más que clásico. Tenerlo todo perfectamente milimetrado. Personajes, movimientos, argumentos giros y triples mortales. El plasmarlo sólo será un proceso más, un trámite.
- Olvídalo todo. Escucha a tus personajes, concéntrate en ellos y atiéndelos. Siente lo que quieren, como quieren salir de la mente para plasmarse en la página. Ellos te marcarán el camino.
- El bloqueo no existe. Entonces no tienes nada que decir, no es el momento. Tus ideas estarán en tu cabeza y cuando estén maduras saldrán por si solas. Si no han sido vomitadas es que todavía no están horneadas y listas.
- Alcoholes y cigarros de la risa. Una buena opción para trabajar la imaginación y salir de uno mismo para encontrar esa historia que se debe de plasmar. Recomendado hacerlo con moderación. No por salud sino por simplemente poder acertar con la tecla.
- No salir sino llevas la escopeta cargada. Abriendo el portátil no surgen las ideas asi que mejor no ponerse a escribir sino hay algo claro que contar.
- No existe ningún consejo. Leer, leer y leer.

Pues con esta recopilación y esta transmisión de experiencia, cumplo el guión aunque sea tarde.

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