viernes, 15 de marzo de 2013

Precisión


 PRECISIÓN

-El protagonista se despierta después de haber pasado una noche con la persona de la cuál está enamorado/a. Su sensación es la de triunfo.

Palabras tabú: alegría contento, júbilo, entusiasmo, felicidad, regocijo, gozo, satisfacción, dicha, bienestar, contento, triunfo, victoria, conquista, gloria, dicha, corazón, latido, calidez, enamoramiento, amor, cariño, ternura, pasión, querer, deseo.

La habitación era la misma que la mañana anterior y la anterior a esta. Las mismas dimensiones ínfimas, el mismo armario necesitado de varias reparaciones, el mismo escritorio atestado y el mismo blanco impersonal que impregnaba las paredes y el techo del cuarto. La cama era el mismo revoltijo de sabanas y mantas con el que cada mañana se levantaba. Aun así ahora parecía un poco más grande, las taras del armario eran como un libro que contaba las miles de historias que había vivido y las que le quedaban por vivir, el escritorio una galería de arte con múltiples esculturas en un equilibrio perfecto y el color blanco de la estancia reflejaba la luz que entraba por las ventanas generando bonitos efectos de luz. Y en la cama… en la cama estaba ella.

La noche anterior había empezado como siempre. Trabajo mezclado con breves conversaciones por el ordenador a las que últimamente se estaba aficionando. De repente apareció ella como una pequeña ventana azul en la pantalla. El ritual que se había iniciado hacía mucho tiempo continuaba y todas las noches hablaban, ella con soltura, él con temor de lo que pudiera pensar ella. Al final, el par de cervezas que había tomado durante la tarde hicieron lo que meses de conversaciones no habían logrado e hizo la pregunta. 

Laia está escribiendo…

Silencio.

Laia está escribiendo…

Sí.

La confusión del momento hizo que tuviera que leer esa simple palabra muchas veces para entender aquello que había logrado. A toda prisa se vistió y en menos de 30 minutos ya estaba listo y en su casa a un par de calles de la suya.

Charlaron, cenaron y siguieron charlando. Cuando parecía morir la conversación empezaba otra aún más interesante, más fascinante. Así siguieron hasta llegar a su casa. Hablaron hasta que dejaron de hacerlo y empezó a disfrutar de cada instante, cada caricia y cada jadeo.

Recordando la noche anterior se le escapo una ancha sonrisa mientras solo pensaba en todo el tiempo que llevaba esperando aquellos momentos.

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