LA HISTORIA PERFECTA (de Esperanza Vives)
Un día se levantó y se volvió a sentar. Tenía en sus manos un libro titulado La historia perfecta . Desde entonces destinaba la mayor parte de su tiempo a la lectura de aquel libro.A veces lo dejaba abierto en su regazo y se quedaba abstraída escuchando los mirlos o cerraba los ojos para mirar el cielo. Avisó a la familia para que ahora nadie la interrumpiese y ellos lo aceptaron como una costumbre necesaria. ¡ Mamá está leyendo ! La manía de mamá era sagrada y ella la cultivaba como un arte. Le subían el café a su hora a la buhardilla. Le compraron un sillón más cómodo. Ponían flores nuevas en el jarrón. Plantaron árboles en el jardín. El hecho más irrelevante podía esconder la perfección o por lo menos el comienzo del asunto interesante. Por eso a la misma hora veía el sol que entraba cada tarde y se reflejaba en una palabra con la intensidad exacta., perfecta. Todo estaba medido. ¿ hay diferencia entre la ficción y la realidad?. Algunas mañanas le bajaban el sillón y leia al aire libre como envuelta en una ligera pincelada de niebla azul. Necesitaron buscar ayuda para las cuestiones domesticas para que el orden no se viniese abajo y la casa estuviese perfecta. A la hora de la comida continuaba su lectura sobre la mesa del comedor, ayudada por un atril y una de las sirvientas que le pasaba las hojas. Su sentido práctico era tan acentuado que incluso llegó a sentirlo como el orden natural de la vida. Vivía aparte de la gente y casi no se movía. Cuando llegaban visitas, ella tenia siempre preparados algunos ejemplares de la historia perfecta para regalarlos. y la costumbre se iba instalando entre los vecinos de casa en casa. A veces con mucha finura, les hacía un resumen, o desvelaba algo, cosa que sólo hacía en momentos imprevistos, como si escribiese una receta en el aire. ¡ Ella y el castaño compartían al menos un secreto ! le susurro una tarde a una visita. Ella sabía lo que contaba el rumor, no tanto por la historia sino por las palabras. Fuese como fuese en aquel universo ella parecía la más libre, como si tuviese una mecha invisible bajo tierra. El amarillo nunca se apaga, se repetia hacia adentro. Entonces se levantó y emprendió un camino que levantó a su paso una nube de gaviotas.
- ¡ Son más de mil ! gritó en la lejania.
TEXTO DE ESPERANZA VIVES
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