lunes, 2 de marzo de 2015

Resort Fantástico




 El texto es de Ernest Peris.

La sala está repleta y el murmullo ha aumentado de volumen hasta el punto que todo el mundo habla como si viniese de una verbena. Se abre la puerta y entra Juan con su abuelo. El anciano se mueve con dificultad y tardan en llegar a sus asientos. Conforme avanzan por el pasillo la gente calla y los observa: él será, si no pasa nada, el siguiente. De hecho, el doctor Camacho no se explica cómo está durando tanto. A primera fila hay tres sillas reservadas. En el momento en que el abuelo se deja caer sobre una de ellas, el espectro de su viuda atraviesa la puerta y se acomoda lo más deprisa que puede a su lado. Mientras sobrevuela la platea se excusa diciendo, con ese deje característico que emiten los difuntos de la comarca, que tiene el guiso al fuego. Entonces el alcalde se levanta y carraspea.
Vecinos, todos. En primer lugar, gracias por vuestra presencia. Como sabéis, esta mañana hemos llegado de Capital donde nos hemos reunido con los miembros del jurado que valorará nuestra candidatura. Así de manera extraoficial, os puedo decir que uno me ha asegurado que tenemos muchas posibilidades de conseguir la adjudicación pero que quieren venir dentro de unos días para comprobar la viabilidad del proyecto, cosas técnicas y por el estilo, para que nos entendamos. El caso es que pueden aparecer en cualquier momento por eso os he convocado con tanta urgencia. No hay tiempo que perder. A ver, el vizconde de Mirambel y Somogrande tiene razón, pero yo no le daría más importancia siempre que nos pongamos manos a la obra esta misma tarde. Sí, vizconde sí, está usted en lo cierto pero deje su excelencia un momento para que le explique, para que os explique a todos algunas ideas que he venido comentado con don Braulio Aranda y con Guzmán el Bueno durante el viaje. Estoy convencido, ¿qué digo convencido?, convencidísimo de que lo vamos a conseguir. Además, que levante la mano el que no sepa de un pueblo que se gane la vida con cualquier majadería, alguno en esta misma comarca... y no hace falta dar nombres. Por eso os pregunto a vosotros: ¿vamos a desperdiciar la oportunidad de dar a conocer esta santa tradición... y de paso ganar unas perras? ¿No? ¡No os oigo! Así me gusta: rotundamente no. ¡Se acabó bajar a la mina! En realidad, se acabó bajar con el pico y la pala. Dentro de nada la convertiremos en nuestra atracción estrella. Imaginaos la de gente que se dejará los cuartos por pasar un rato en grutas que susurran y donde las vagonetas se mueven solas. Efectivamente, eso mismo pienso yo. Pero para conseguirlo tenemos que llevar a cabo algunos cambios. Aunque no os lo creáis, allá en Capital, esto de los difuntos les impresiona muchísimo, fijaos que una vez enterrados o incinerados la gente sigue haciendo su vida sin pensar en ellos más que un día al año. Algunos, ni eso. Sí, habéis oído bien. Ahora la moda es incinerar a los muertos y, con suerte, guardarlos en urnas, aunque muchas familias se dedican a lanzar las cenizas en cualquier parte, cada cual más excéntrica. Hemos visto cosas que os volverían los ojos para adentro. A los difuntos de Capital no se les respeta, no, y los pobres optan por venirse al campo. Nos han hablado de algunos que se han ido al extranjero. ¿No se les ocurre decir a los estadistas de Capital que el campo se despuebla? Yo les he invitado a venir a pasear a nuestras tierras, para que vean que aquí no podemos acoger más difuntos. ¿Que qué contestaron? ¡Nada! Cambiaron de tema. Unos bárbaros, estoy de acuerdo vizconde. Pero al mismo tiempo son una panda de morbosos y todo lo que sucede aquí lo miran tapándose los ojos con las manos pero espiando entre los dedos. Nos vamos a forrar, os lo digo. A ver, ¡un poco de orden! Callad un momento para que hable la viuda Francisca; adelante señora. En realidad sería un pequeño escenario. Eso es y ponerle un nombre. No sé, aquí apunté un par de ideas. A ver, ¿qué tal os suena Jarandilla de la Vera, Resort fantástico? ¿Resort? Es como los modernos llaman a los sitios de vacaciones. ¿Y Jarandilla de la Vera, Vértice fantástico? Sería como estar en las películas. Claro que sí señora, usted tendría un papel principal. ¿Qué le parece esto: Francisca, la viuda que se aparece en el restaurante? Un momento, un momento, que nadie se altere, habrá papeles para todos, para eso somos una gran familia. De todas maneras, convecinos, permitidme que vayamos entrando en materia que me parece que se nos echa la tarde encima. Yo creo que lo primero, por ser, digámoslo así, la evidencia histórica que prueba lo que sucede en el pueblo, es preparar el códice. Diga, diga don Braulio. No había pensado yo tanto pero me gusta la idea. ¿Alguien tiene algo que añadir? Entonces, usted don Braulio se encarga de preparar una vitrina. Sí, en eso estamos de acuerdo, la capilla de San Tomeo me parece ideal: pobre iluminación, estrecha... mire se me pone la piel de gallina solo con imaginarlo. ¿Qué le parecería a nuestro señor godo, difunto primigenio, don Ataúlfo de Lloncar ayudar a don Braulio y, de paso, ensayar cómo aparecerse siempre que algún turista se acerque a la vitrina? Claro, para que de más impresión; cuando se inclinen, usted emerge de entre las hojas y sale aullando hacia el techo mientras mueve su hacha como un molino. Tú, Juanito. Quiero que te vayas ahora mismo, buscas un cubo con agua y te encargas de regar las bisagras de las puertas del cementerio. Y mañana por la mañana otra vez. Yo te haré un justificante, no te preocupes. A ver si para cuando lleguen los del jurado ha dado tiempo a que se oxiden y chirrían como Dios manda. Luego acompaño a tu abuelo a casa. Y habrá que desaliñar las lápidas, nada de rosas ni lirios impecables. Hidalgo Martín de Sonseca y lady Irvine, ¿qué les parecería a vuestras mercedes encargarse de darle un aspecto descuidado? Supongo que Marisa puede prepararles algunos ramos con flores rotas y con los tallos doblados. ¿Marisa? Rebusca entre lo que tiras. Si pudieses usar hierba seca en lugar de brotes verdes... Pues no sé chica. A ver, ¿alguna idea? ¿Hay alguien que haya segado hace unos días? Perfecto. Ves, mujer, como no era tan complicado. Entonces, ¿te encargas tú de ello? Bien, bien. ¿Algún voluntario para ir a recoger la hierba de Paco? Pues por mí, podéis iros ya mismo, antes de que anochezca. Coged el todo terreno de los forestales. Luís acompáñalos y les das la llave. No te pongas así. A estas horas ya no vas a usarlo hasta mañana. ¿Dónde estábamos? Ah sí, decía que lo importante no es el escenario, pero creedme que el toque siniestro es fundamental, les va chiflar, os lo aseguro. Si alguno de los presentes quiere objetar o se siente ofendido es libre de decirlo. Tomaos el tiempo que haga falta. Convecinos, no quiero presionar a nadie pero tenemos que tomar una decisión, estamos ante un momento que puede cambiar nuestra historia. ¿Nadie? Perfecto. Entonces, ¡manos a la obra! Tengamos todos en mente que se trata del porvenir del pueblo, qué digo del pueblo... de la comarca, del país. Aquí está la instancia para inscribirse. Todo es legal. Id pasando de dos en dos y firmáis a partir de la línea de puntos. No se preocupe señor godo, su excelencia posea a don Braulio escriba también su nombre.

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