Abrió
la puerta al mensajero que le traía un paquete, y firmó el recibo sin casi mirar
la cara de quien se lo traía. Estaba ansioso por ver las fotos. Siempre se las
enviaban muy rápido, cinco días para editar e imprimir y dos días para
enviarlas, está vez había sido mas rápido que nunca, pensó.
Cerró
la puerta y se precipitó a ver como habían quedado las fotos. Su sorpresa fue
grande cuando al abrir el paquete vio un objeto metálico, parecía un tornillo o
una pieza de algo, fue a buscar sus gafas y pudo distinguir lo que parecía una
bala. La verdad es que no entendía nada de armas ni de balas, se la acercó a
los ojos para ver una marca, pero descubrió que tenía grabado un nombre, su
nombre.
La
sorpresa no le dejó sonreír en un primer momento y buscó las gafas para ver
que anunciaban, o que broma era esa. Con
las gafas ya puestas pudo leer su nombre y apellido y sonrió. ¿Qué están
intentando venderme? ¿Un seguro de vida, algún coche? Estos publicistas…
Cuando
llegó su mujer le enseñó la bala y ella fue a buscar una lupa para ver los
detalles. Consternada le dijo que se podían leer mas cosas que su nombre, con
letra muy pequeña se leía que la siguiente bala sería encontrada en su corazón.
Se
quedaron los dos mirándose sin acabar de creer lo que estaba pasando. -Parece
una broma de mal gusto. Pero ¿quién puede ser el autor de esta broma?-
-Voy a
preparar un café- dijo Susana mientras deja las bolsas de la compra encima del
banco de la cocina,- ¿te apetece uno?- Si, le contesta Fernando mientras va a
buscar el sobre recibido, comprobando que el remite está en blanco y sólo ponen sus
señas, ni una palabra de cual es la empresa de mensajería, y ahora no podría
decir si el portador llevaba uniforme o no, ni como era.
Los dos
fuerzan aparentar una calma que no tienen mientras se sientan en la cocina a
tomar su café. Ella pregunta, -¿Quién tendrá tan mal gusto para hacer estas
bromas? – No lo sé, ya nos enteraremos-- Espero que no sea después de una
investigación de la policía- Mujer! Entonces ya te enterarías tu, en ese caso,
yo seguramente no me enteraría - intenta ironizar.
-No
habrá sido Luis? Que hace siempre esas cosas de tan mal gusto- -Tu es que le
tienes manía al pobre Luis, aunque la verdad es que no está muy acertado
últimamente, desde que le dejó su mujer parece mas metepatas que nunca. Pero
esto no se le habría ocurrido, lo suyo son las bromas en directo- - Si, es
verdad, pero quedó muy trastornado cuando se enteró que ella llevaba años
engañándolo. A mí me da miedo quedarme a solas con él, por las preguntas tan
raras que hace. Hace que me sienta muy incómoda. – ¿que preguntas? -Pues no sé,
si venia por casa mucho, si la veía después de gimnasia, cosas…
Quedaron
los dos en silencio terminándose el café.
-Oye, ¿tu
sigues haciendo apuestas por internet? – Bueno, ya sabes que tengo un sistema
para jugar, pero esto no tiene nada que ver
con lo que sale en las películas, ni siquiera soy capaz de saltar la
seguridad del programa, por muchos programas que haya hecho, estos de ahora son
muy sofisticados, y pierdo casi tanto como gano. Lo debe haber hecho un hacker
de sombrero blanco.
-¿Vale
la pena que denunciemos esto? – Susana,
vamos a esperar unas horas porque estoy seguro que tiene una explicación
fácil, aunque nos tengamos que enfadar con alguien-
En ese
momento sonó el teléfono fijo y lo cogió Susana que estaba mas cerca. Y después
de decir –diga, diga- colgó, diciendo como siempre –no les gusta mi voz- e
intercambiaron los dos una mirada. – Alguien que quiere vender algo - Sí, puede
ser. ¿Quieres que lo compruebe?.. Llamo a la última llamada recibida y … - Eso
existe?, no déjalo, no vale la pena-
En ese
momento entró el hijo, con sus llaves. – Hola Nando! Llegas a tiempo para una
café, ¿te pongo uno?- Le pregunta su madre. –
Y a continuación su padre le dice -¡no sabes lo bien que me vienes Fernando!
Tengo que hacerte una consulta técnica, pero no quería molestarte por teléfono.
Parece que no has dormido mucho por la cara que traes.-
– Tengo que hablar con vosotros-
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