La primera acepción que
aparece en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define
literatura como el “Arte que emplea como
medio de expresión una lengua”. Para mí, literatura es el arte de
escribir…bien. Más allá de gustos sobre temas, autores o estilos, la literatura
debe, ante todo, mantener esa condición de “arte”. Y en tanto que arte, debe
tener técnica y creatividad.
La técnica se aprende,
igual que la pintura, mediante estudio, de forma autodidacta o siguiendo los
consejos de un maestro. La creatividad nace de la mente del escritor, de su
capacidad para crear textos que atraigan la atención. Una técnica cuidada y
depurada en un texto que no llama la atención del lector está condenada al
fracaso; al igual que un tema original en extremo, escrito de forma burda y sin
una mínima técnica.
En resumen, literatura es
el arte de combinar la técnica y la creatividad para elaborar un texto que atraiga
al lector desde la primera hasta la última línea.
Y eso es exactamente lo
que me gustaría escribir: historias que atraigan al lector desde la primera
palabra hasta la última. Que sea incapaz de dejar de leer hasta que llegue el
final. Y que cuando llegue ese final, se quede con las ganas de querer leer
más. Que note esa sensación que se te queda después de leer un libro y pensar
¡qué libro más bueno me acabo de leer! El concepto “bueno” en este caso es
subjetivo, porque depende del gusto del lector, naturalmente.
¿La temática? Quizá la
misma que “devoro”: la narrativa histórica. O la actual con pinceladas de
historia. No me veo capaz de escribir thriller, de crear ese clima de tensión,
esa atmósfera de suspense que lo envuelve. Ni ciencia-ficción; creo que esto
requiere más imaginación de la que yo tengo. Ni muchas otras cosas...
¿El argumento? Es difícil
de decir. Cada historia nace con un propósito y el argumento surge de los
personajes que creas y de las situaciones a las que te llevan. Me sentiría
cómoda escribiendo sobre personajes que se movieran por la arquitectura, la
pintura, la historia, el arte… que son los campos que más conozco y podría
manejar. Moverse “sobre seguro”.
Podría decir, como
conclusión, que me gustaría escribir historias que absorbieran la atención del
lector y en las que me sintiera cómoda al escribir.
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