martes, 19 de marzo de 2013
Casualidades
La vida a veces nos reserva sorpresas. Eso pensaba Eduardo mientras aún rodeaba con su brazo la cintura de Andrea tendida junto a él.
Había intentado de muchas y variadas formas captar su atención desde que la conoció, meses atrás, en el despacho donde ambos trabajaban. Sin embargo, aunque simpatizaban, estaba seguro que como hombre no le interesaba en absoluto. Ella en cambio se había apoderado de todo su ser. Temiendo su negativa nunca se animaba a pedirle una cita.
Una tarde, en un centro comercial abarrotado la encontró por casualidad. Estaba apurada. Se le había roto una bolsa y dos botellas estaban rotas en el suelo dentro de un gran charco. La ayudó a recogerlo todo. Cuando salían, decidió arriesgarse y la cogió del hombro fingiendo naturalidad. Notó con sorpresa que ella se sentía cómoda. Todo lo demás vino rodado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario