lunes, 11 de noviembre de 2013

¿Qué es para ti la literatura? ¿Qué historias te gustaría escribir?

¿Que qué es para mí la literatura? Buena pregunta. A ver… Déjame que piense un momento… Es… Es… Vaya… ¿Por qué no nos preguntaste cuántos litros de agua hay en el mar, Fede? Ambas preguntas me parecen igual de difíciles de contestar… La Real Academia Española de la lengua define literatura como el  “arte que emplea como medio de expresión una lengua” o como el “conjunto de las producciones literarias de una nación, de una época o de un género”. Pero para mí la literatura es mucho más. Es… Pura Magia.

Por un lado, representa las infinitas posibilidades de crear algo de la nada. Algo enteramente tuyo… Pero a la vez algo que necesita de otros que no son tú para estar completo, para cobrar su auténtico significado… Para estar vivo. Digamos que concibo la faceta creadora de la literatura como la capacidad de evocar y llevar a otros al lugar o al pensamiento que tú quieres a través de las palabras y a través del tiempo (desde mi punto de vista, la literatura de verdad, la auténtica literatura, es atemporal).

Pero por otro lado, además, es una amiga, una puerta, una vía de escape. Una forma de crecimiento personal que te puede llevar a los rincones más recónditos de tu imaginación. Con el paso de los años, y después de mucho leer y releer, he ido descubriendo que aunque no lo parezca, la literatura es un canal que se alimenta en las dos direcciones: no sólo se nutre de las palabras del que escribe, sino también de los pensamientos del que recibe, del lector. Es el cerebro de uno mismo el que interpreta las palabras que tiene delante. Y nos guste o no, la realidad depende de los ojos del que mira. Una misma frase, una palabra o una intención pueden ser recibidas de manera diferente dependiendo de las circunstancias y vivencias de cada uno. Un ejemplo tonto puede ser el loco del corazón delator de Poe… ¿Está loco o verdaderamente es una persona excéntrica con unos sentidos superdesarrollados al que, como él afirma en el primer párrafo de la narración, tú jamás entenderás porque no puedes imaginar lo que es percibir las cosas cómo él lo hace? Como he dicho, la realidad depende de los ojos del que mira.

Esta es la esencia y la magia de la literatura: puedes disfrutar de ella sin ser creador directo de algo, pero siempre que lees algo, le das forma y vida en tu cabeza. Estoy seguro de que existen cientos de Quijotes distintos, con matices personales y únicos de cada persona que lo ha leído en cientos de años. Y a pesar de ello, siempre seguirá siendo ese mismo Alonso Quijano que Cervantes inventó y plasmó en el papel.

En cuanto a la segunda pregunta que nos plantearon… Pues aún no sé bien qué tipo de historias me gustaría escribir… Al menos en cuanto a género. Porque siempre he escrito “cuando me lo ha encargado el corazón”; es decir, si me ha apetecido o lo he necesitado para desahogarme. Tal vez por eso me considero muy romántico escribiendo: no me importan tanto las descripciones ni el espacio físico, como lo que está ocurriendo en él y las sensaciones que se transmiten.

Así que creo que mi tipo de historias son las que conectan con las personas. Historias que, además de servirte como mera distracción, te ayuden y te aporten en tu día a día. Llámalas como quieras, pero que sean historias dónde el lector viaje conmigo más allá del papel y descubra algo de sí mismo a través de mis palabras.



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