viernes, 6 de mayo de 2016

Bleuverd

Mapa de Bleuverd
En el centro de Bleuverd, está la Isla del Templo. Solo se puede llegar en barca hasta ella, atravesando el brumoso lago Dijous. A su alrededor, hay un cerrado bosque, solo abierto por los valles que forman los cinco grandes ríos, y sus afluentes, que alimentan el lago bajando desde las montañas.  Ésta zona pertenece en su totalidad a los Fata, una de las razas más antiguas que rondan estas tierras. Suelen ser altos, delgados y hermosos, aunque sus gestos serios y sus movimientos suaves les dan apariencia de grotescas figuras de cera. Son vegetarianos y viven en comunión con la naturaleza. Sus viviendas las construyen con árboles vivos, guiándolos poco a poco en su crecimiento. Son una raza muy longeva, por lo que no les importa esperar diez años para tener una habitación nueva. Practican la magia energética, tienen prohibido cualquier otro tipo de hechicería; y desprecian a las demás razas que consideran inferiores. Los Fata se dividen en dos tribus, al norte entre el lago y la cordillera Dalt, viven los Bonpoble.  Son muy poco sociables, acatan las leyes de la Divinidad y se dedican sobre todo a la literatura, la música y la historia. Al sur, entre el Dijous y la cordillera Baix es el hogar de los Bonagent. Son fieles creyentes de la Divinidad y prefieren el trabajo creativo, son grandes orfebres.
Al oeste, separados de las tierras Fata por la sierra Niciesa, se encuentras dos naciones surcadas por caudalosos ríos. Garbillebeig al sur del río Enmig y Ponent al norte. Sus habitantes son humanos que trabajan la tierra con esmero y son grandes pescadores. Hay poca colaboración entre los dos estados. Antiguas guerras dieron origen a rencores que los mantienen separados y provocan escaramuzas a menudo en la frontera, solo comercialmente tienen alguna relación.
Los habitantes del Reino Garbillebeig  son practicantes de una antiquísima religión en la que su gobernante es rey y máximo sacerdote.  Su capital se encuentra en la desembocadura del Río Mago, que forma una bahía cerrada en su salida al mar Desficiós por una verde isla. La ciudad es un gran zoco donde se puede comprar cualquier producto o servicio. Poseen extensos cultivos de frutales  y  una industria alimentaria que transforma las frutas en mermeladas y conservas. Además de una secreta técnica que convierte los frutos secos en unas sabrosas tortas de viaje. Las plantaciones de lino ofrecen trabajo a una parte de la población hilando y tejiendo velas para los barcos. También cuentan con una próspera industria naval, en las orillas del océano Lacertesa. Aunque sus principales ingresos provienen de los aranceles que les imponen a los comerciantes Fata que navegan por el río Mago, la única vía de acceso a las tierras Fata. 
Ponent es un extraño caso de gobierno en Bleuverd. No disponen de reyes, ni sacerdotes, ni ejército. Sus habitantes se dedican a sus diferentes oficios prestándose ayuda mutua cuando es necesario. Talan selectivamente sus robledales y le venden la madera a las atarazanas de Garbillebeig. Construyen bellos muebles de caoba taraceados con fragmentos de conchas marinas. Pescan en el océano Lacertesa y en los lagos del país. Cuidan mucho la salud de sus ríos pues salmones y esturiones desovan en ellos. Tienen fábricas conserveras, donde salan y ahúman el pescado y el caviar para enviarlo a todo Bleuverd. Los prados en los márgenes de sus ríos están ocupados por vacas de las que obtienen la leche con la que preparan varios productos lácteos. A destacar un queso que dejan fermentar hasta que se vuelve de color verde. Tienen una forma de comunicarse secreta pues, cuando son atacados, o hay un incendio, o un río se desborda, acuden los vecinos con las herramientas necesarias sin haber sido avisados. Pueden reunirse millares en pocas horas y una vez solucionado el conflicto lo celebran con grandes fiestas.
Al norte de Ponent, en el mar Verdal, se encuentra el Archipiélago de Mestral, también llamado las Islas Verdes por los bosques que las cubren. Sus habitantes son humanos, gente sencilla y temerosa, nunca abandonan sus islas, si se creen amenazados huyen a las montañas y se esconden tan profundamente en cuevas que es imposible encontrarlos. Cada isla es gobernada por una Meiga, obedecen ciegamente las órdenes que de ella reciben. Solo se relacionan con algunos comerciantes de Poniente. Viven de la pesca y el marisco que se cría en sus costas. Extraen una resina de los árboles que quemada produce un humo narcotizante, es muy apreciada en todo Bleuverd y el único producto que exportan.
Al este de Mestral se encuentra la Rompiente Gris. Un conjunto de islotes rocosos que separan el Océano Delluny al norte, del Mar Grisenc al sur. Sus habitantes son aves marinas, ya que es difícil la vida en un ambiente tan hostil; afiladas rocas golpeadas por el mar y barridas por fuertes vientos. Aunque hay leyendas en todo Bleuverd que afirman que allí viven los últimos magos. Y que si los barcos se destrozan cuando intentan llegar a ellas es por acción de la magia y no por culpa del mar arrojándolos contra las rocas.
Bajo el mar Grisenc, así llamado por las algas que lo pueblan y sirven de alimento a una gran variedad de peces, está Tramuntana. Un país montañoso con escondidos y fértiles valles. Su gente es hosca y huraña. Son medio humanos que viven en clanes escondidos en valles y montañas. Capaces de transformarse en lobos unos, otros en águilas, unos pocos en panteras… huyen de hombres, enanos y fata por igual. Viven según las leyes de su manada, de su clan.
Al este de la cordillera Dalt, encontramos los montes Tossut, una tierra dura como sus habitantes, el país del Cierzo. Son enanos que viven bajo las colinas. De la tierra extraen el hierro, cobre y carbón para fabricar el mejor acero de Bleuverd. Las mezclas de sus aleaciones son secretas, pasándose la receta de padres a hijos. Afiladas espadas, ligeras cotas de malla, resistentes arados… Todas las herramientas de metal salen de las herrerías de los enanos. Sobre sus montes, grandes rebaños de cabras pastan libremente, con su pelo fabrican bellas mantas, tapices y alfombras con las que decoran las paredes y suelos de las cuevas donde viven.
Gregal es un conjunto de islas al otro lado del estrecho de Lamistat. Son medianos. Su tierra tiene bellos valles entre las montañas cuyo cultivo y la pesca los hace autosuficientes. Les encanta comerciar, casi tanto como las artes y la cultura. Poseen grandes teatros, museos y bibliotecas. Reciben muy bien a músicos, actores, pintores, escritores… No tienen miedo a sus países vecinos, las islas están rodeadas de arrecifes y solo los nativos conocen los intrincados pasos que llevan a puerto seguro. Además su gran defensa es la misma que provocaría una invasión: la riqueza. Compran derechos y paz y, cuando no la aceptan sus enemigos, compran asesinos. Están gobernados por un matriarcado. Entre las mujeres que mejor negocian se elige a la regente para que gobierne durante cinco años.
Al sur de los montes Tossut, al este de la sierra Precís y al borde del mar tranquil encontramos una de las más bellas tierras de Bleuverd, Llevant. País pantanoso, al que sus pacíficos habitantes humanos han sabido sacarle partido. Desecan en primavera y verano parte de sus marjales convirtiéndolas en excelente tierra de cultivo. Frutales, cítricos y huertas decoran las tierras más bajas que el mar. En las laderas de la cordillera de los fata, tienen plantadas unas viñas que saludadas por el primer sol de la mañana y bañadas con la brisa marina dan unas uvas con las que elaboran unos vinos de gran calidad. En las zonas pantanosas cultivan también arroz y bambú con el que fabrican ligeros y resistentes muebles. Con las abundantes plumas de los pájaros que visitan la marjal realizan colchas y chaquetas muy apreciadas en las islas y el norte de Bleuverd por su protección contra el frío y la humedad. Son hombres de campo y pescadores tranquilos como el mar que los baña; por eso, a menudo, los malos gobernantes se han hecho con el poder sometiendo a los levantinos a muchas penas.
Al sur de Llevant, encontramos Xaloc. Una fértil tierra donde se dan toda clase de cultivos. Sus habitantes comercian con otros países por su ganadería, y los productos cárnicos derivados de ella, y sus hortalizas; además de por una importante industria del perfume y una menos conocida del veneno. Tienen grandes campos de plantas aromáticas y venenosas. También una importante extensión de terreno forestal con plantaciones de madera noble, sobretodo sándalo. Y una mina de donde extraen el oro que ha hecho famosas sus filigranas. Son humanos gobernados con mano de hierro por la reina Makeda.
Finalmente, terminando la rueda totalmente al sur, encontramos Migjorn. Un reino muy caluroso, donde un humano gobierna sobre todas las razas en paz. El único punto de Bleuverd donde no importa tu clan, tu origen. El rey Leviatan favorece el comercio de sus productos. Son alfareros y vidrieros, desde las rústicas cazuelas de barro para cocinar, hasta la porcelana para servir la mesa, pasando por los frascos y copas del más delicado cristal. Poseen además olivos cuyo fruto produce un delicioso aceite; salinas donde extraen la sal que se comercializa en todo Beluverd; y por sus montes corren ovejas cuya producción de lana garantiza una pujante industria textil.


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